"Lo importante es generar un vacío, que tu ausencia se note", decía una frase que una vez leímos. Sin duda, se extrañan los destellos de fútbol de Luciano, su facilidad para dominar el esférico, y su temperamento. Más tarde la vida le jugaría una mala pasada y hoy, devenido a padre de familia, ya no comparte nada con nosotros.
3 minutos jugó Mateo, y lo seguimos nombrando. Creo que no alcanzó a tocar el balón, no llegó a dar un pase bien, pero estará por siempre en nuestra memoria.
Nacho jugó algunos años, hasta que el cuerpo le pasó factura, y se retiró hace algún tiempo. Se autodenominaba "mariscal", pero algunos amigos dicen que era porque en la cancha era el único lugar donde la novia no le decía lo que tenía que hacer. Es increíble como tanta personalidad dentro de la cancha, se diluía en llamados telefónicos a cualquier hora, obligación de ver novelas, prohibición para juntarse con sus amigos, etc. En fin, una vida de mierda. Lo lamentamos por él. Lo extrañamos.
En algunos días seguiremos recordando glorias y no tanto que pasaron por nuestro primer equipo.
Nacho tampoco va a comer hoy. Tenemos que ver la novela y después tiene que planchar.
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