El que quiere verde, que le cueste. Y fue así. Fénix no puso lo que debía y un Furgoneta diezmado lo ganó con la camiseta.
Nuestro primer equipo entró a la cancha demasiado relajado y, cuando se quiso acordar de empezar a jugar, pasó de la siesta a la desesperación si escalas, y el rival se aprovechó de ello sin piedad. No hubo idea de juego, y Furgoneta fue superior, tanto en juego en equipo como en individualidades.
A Fénix le faltaron varios jugarores, pero no es excusa. Estuvimos perdidos en la cancha de a ratos, el DT no supo transmitir nada al equipo y, el poco sacrifcio de algunos jugadores fuera de la cancha, esta vez sí se trasladó adentro. La mitad del equipo se acostó a las 8 de la mañana, algunos se sacaron la cabeza, otros venían de jugar otros partidos y estaban cansados, la mayoría llegó sobre la hora, y así no se puede ganar nada.
A contraposición de ello, rescatamos a los hinchas de Newells que siempre van a la cancha, y allí estaban firmes junto al equipo. Muy bien por Joaquín, Nacho y Nani.
Es un tropezón del que se aprenden varias cosas, entre otras, la simplicidad con las que nos ganaron, y que debemos ser más responsables si queremos llegar a algo.
El domingo jugamos contra la 85, y hay más de 85 razones para ganar. Allí estaremos todos...
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